Las autoridades de Australia han lanzado una investigación tras la desaparición de 323 muestras de virus infecciosos de un laboratorio del estado de Queensland en un “grave fallo de bioseguridad”, anunció el ministro de Salud estatal, Tim Nicholls, recogen esta semana medios locales.
Las muestras desaparecieron en 2021, pero los investigadores no confirmaron la filtración hasta agosto de 2023. Presuntamente, viales que incluían muestras del virus Hendra, de lyssavirus y de hantavirus, desaparecieron tras averiarse el congelador que las almacenaba.
El laboratorio no pudo precisar si los materiales fueron retirados o destruidos. “Es esta parte del traslado de esos materiales la que está causando preocupación”, dijo Nicholls. Según el ministro, no hay indicios de que las muestras fueran sustraídas o robadas del laboratorio. A la pregunta de por qué no se informó antes al público de la desaparición, el funcionario respondió que eso formaría parte de la revisión que se realizará en la investigación.
Por su parte, el director general de Salud del estado, John Gerrard, consideró como un hecho grave el incumplimiento de los registros, pero dijo que el riesgo para la comunidad era muy bajo. “Es importante señalar que estas muestras de virus se degradarían muy rápidamente fuera de un congelador a baja temperatura y dejarían de ser infecciosas”, explicó.
“No se han detectado casos de Hendra o de lyssavirus entre las personas en Queensland en los últimos cinco años, y no ha habido nunca en Australia ningún informe de infecciones por hantavirus en seres humanos”, destacó.
Asimismo, subrayó que los especialistas no tienen “pruebas de que el virus Hendra haya sido convertido en un arma de ningún tipo en ningún laboratorio de investigación”.
“Por supuesto, todo este tipo de investigaciones se lleva en secreto, pero no tenemos conocimiento de que se haya convertido en un arma. El proceso de convertir un virus en un arma es muy sofisticado y no es algo que haga un aficionado”, aclaró Gerrard.