Este 18 de febrero del 2024, las urnas esperaban ansiosas para escuchar la voz de los dominicanos, pero apenas un 30% de nosotros nos animamos a hablar. Para mí, eso refleja desilusión, falta de esperanza y una gran falta de confianza en el sistema. Los titulares de los medios dicen “PRM arrasó, una victoria contundente”, pero ¿qué tan contundente puede ser una victoria cuando solo el 20% de la gente votó? ¿Qué nos quería decir el otro 80% que se quedó en casa?
La verdad es que creo que más del 70% de los dominicanos no fuimos motivados a votar. Nadie nos dio razones convincentes o emocionales para salir y votar. Nadie habló de lo que realmente nos importa o nos conviene. Hace unos meses escribí un artículo llamado “Los Tres Votos”, donde explicaba que la gente no vota por partidos o líderes, sino por motivos. Hay votos duros, votos por simpatía y votos circunstanciales, y estos últimos son los más comunes. La gente vota por conveniencia, por lo que creen que les beneficiará.
Este 18 de febrero debería ser una lección para los líderes políticos. Ya no basta con ser famoso o tener un buen pasado. Necesitan entender que la gente vota con el corazón y la cabeza. Este día debería ser recordado como el día en que el pueblo dominicano envió un mensaje claro a la clase política: no nos pueden ignorar. Si estuviera en sus zapatos, prestaría mucha atención al silencio de las urnas. Es hora de despertar y escuchar lo que realmente importa para el pueblo.
Articulo Extraido de: Rafael Céspedes Morillo – URNAS LLENAS DE SILENCIO