Por Julio Santana
La exposición constante a dispositivos digitales puede confundir y desorientar a los niños, ralentizando el crecimiento de sus habilidades cognitivas y alejándolos de un pensamiento lógico y analítico._
_Asimismo, esta influencia propicia una disminución en el hábito de la lectura, tan vital para el desarrollo del lenguaje y la creatividad, y puede mermar la calidad de las relaciones afectivas, esenciales para un crecimiento emocional equilibrado._
_Además, al sumergirse en mundos virtuales cargados de estímulos y fantasías, a menudo impregnados de mensajes e insinuaciones controvertidas, los niños corren el riesgo de desconectarse de la realidad y de desarrollar una actitud desinteresada hacia su entorno. En consecuencia, la tecnología, sin una orientación adecuada, podría transformar a las futuras generaciones en individuos emocionalmente distantes y menos propensos a involucrarse en la vida que les rodea._