La torre Da Silva 3, ubicada en el exclusivo Ensanche Piantini del Distrito Nacional, se ha convertido en el epicentro de una tragedia que ha conmocionado a sus residentes y a toda la comunidad. Una mujer y su bebé perdieron la vida tras ser afectados por un plaguicida durante una fumigación, desencadenando una serie de eventos que mantienen a los habitantes de este edificio en vilo.
A medida que la noticia se propagaba, las autoridades de Salud Pública tomaron medidas inmediatas para evaluar la seguridad de la torre. Sin embargo, los residentes no han podido regresar a sus hogares, a la espera de la autorización oficial que certifique que el lugar está libre de riesgos. La incertidumbre y el temor han colmado los pasillos de la torre, mientras las familias se ven obligadas a buscar refugio temporal en medio de esta crisis.
El equipo del Ministerio de Salud Pública, encargado del levantamiento en la zona, ha realizado su labor en silencio, sin ofrecer detalles a la prensa ni a los afectados. Los residentes, por su parte, solo han tenido la oportunidad de regresar a sus apartamentos para recoger algunas pertenencias esenciales, luego de la orden de evacuación emitida por las autoridades.
El Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, hasta el momento, no ha proporcionado información detallada sobre la evaluación realizada en la zona. La incógnita persiste sobre la magnitud de los riesgos asociados al plaguicida utilizado durante la fumigación y cómo afecta la habitabilidad del edificio.
La tragedia ha cobrado más que víctimas humanas. Un ciudadano francés, Georges Antoine Thevenet, enfrenta cargos penales tras ser apresado por el Ministerio Público. Se le acusa de fumigar el pasado 19 de enero, exponiendo y afectando a una familia entera con componentes químicos. Este fatal incidente no es la primera vez que Thevenet realiza sus servicios en la torre Da Silva 3, según reveló su abogado Óscar de León. La reiteración en el uso del mismo insecticida, que contiene fosfuro de aluminio, ha suscitado alarma, considerando la peligrosidad de dicho componente.
La víctima colateral, un niño afectado por los químicos utilizados en la fumigación, será trasladado a un centro médico en Miami. Este desplazamiento resalta la gravedad de la situación y la necesidad de atención médica especializada que va más allá de las capacidades locales.
La Asociación Nacional de Manejo de Plagas Urbanas (Anmpu) ha levantado su voz, llamando a las autoridades del Ministerio de Agricultura a fortalecer las regulaciones que rigen la venta y distribución de productos plaguicidas. La solicitud específica es garantizar que estos productos solo sean comercializados bajo receta profesional, conforme al artículo 75 del Reglamento 322-88. Además, la Anmpu subraya la importancia de no prohibir la entrada del fosfuro de aluminio, argumentando su uso en la industria mundial del tabaco y en el tratamiento de granos almacenados.
En medio de esta tragedia, la comunidad espera respuestas, no solo sobre la seguridad de la torre Da Silva 3, sino también sobre la necesidad urgente de una regulación más estricta en la venta y distribución de plaguicidas. La vida de los residentes y la confianza en los servicios de fumigación están en juego, y las autoridades tienen el deber de actuar con prontitud y eficacia para evitar futuras tragedias similares.